
Este gráfico ilustra el hecho de que, si bien en la actualidad hubo muchos avances, aún persisten en las mujeres científicas barreras de diversas formas, sean personales, culturales o institucionales, para el pleno desarrollo de su trayectoria y acceso a la toma de decisiones.
Los datos ilustran, en parte, la brecha actual: tal como se observa en la infografía que retrata la situación del Conicet, si bien en 2022 las mujeres representaban el 54,3% de las personas que investigan dentro del organismo nacional y ese porcentaje es aún mayor cuando se detalla la población de los/as investigadores/as asistentes (el 61% son mujeres científicas), hay una marcada disminución de las mujeres a medida que se avanza en la carrera científica.
Para el cargo de adjunto/a, el porcentaje de representación femenina es menor (57%) y ya en la segmentación de científicos/as independientes del Conicet, la tendencia se modifica: hay más varones que mujeres en ese cargo (51% a 49%). Pero la mayor desigualdad se da en los dos cargos más altos de la carrera científica: las investigadoras principales representan el 41% y en el escalafón de superiores, apenas el 24%.
Además las investigadoras perciben un 25% menos de recursos que sus colegas varones para sus proyectos. Ni hablar en el ámbito privado: sólo el 26% de los/as científicos/as son mujeres.